sábado, 18 de abril de 2009

El tributo de las 100 doncellas...




En el año 783, Mauregato hijo bastardo de Alfonso I de Asturias, asume el trono con ayuda de Abderramán I, emir Omeya de Córdoba quien le exige por su ayuda el pago del tributo de las cien doncellas. A los condes Don Arias y Don Oveco no les gustó, se rebelaron contra el rey y lo mataron. El rey Bermudo I, su sucesor, quiere acabar con el tributo, sustituyéndolo por un pago en dinero. A Bermudo le sucede Alfonso II el Casto (791–842), quien rechaza también el tributo en dinero, y entra en batalla con los moros para evitar su pago, venciendo en la batalla de Lodos y matando al general moro Mugait.

Abderramán II, en tiempos del rey Ramiro I de Asturias, vuelve a pedir de nuevo el tributo de las cien doncellas. Este, en una situación de debilidad, accede de nuevo al pago. Esto no les gustó a muchos señores como los de Simancas que entregan las siete doncellas que les corresponden, con las manos cortadas. Por fin, acaban por convencer al rey y éste hace frente a los moros en la mítica batalla de Clavijo, en la que el propio apóstol Santiago bajó del cielo montando un caballo blanco y según algunas fuentes, acompañado de los siete varones apostólicos. La batalla de Clavijo, una de las más famosas de la Reconquista, tuvo lugar en el Campo de la Matanza, en las cercanías de Clavijo, La Rioja, el 23 de mayo del año 844.

Las tropas cristianas, capitaneadas por Ramiro I, fueron en busca de los musulmanes, con Abderramán II al mando, pero al llegar a Nájera se encontraron cercados por un numeroso ejército musulmán, formado por tropas de la península y por levas de Marruecos. Los cristianos se refugian en el castillo de Clavijo en Monte Laturce. Allí, Ramiro I tuvo un sueño en el que aparecía el Apóstol Santiago, confirmando su presencia en la batalla y la victoria.


El día 25 de mayo en de Calahorra el rey dictaría el voto de Santiago, que compromete a todos los cristianos de su reino a peregrinar a Santiago de Compostela portando ofrendas.
De esta manera, Santiago, se convirtió de la Reconquista, siendo reconocido desde entonces como Santiago Matamoros. El voto de Santiago se cobró por la Iglesia hasta 1812, a pesar de la crónica de la batalla sóloproviene de una fuente, la Crónica del obispo Jiménez de Rada en el siglo XIII.

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